-¡Ahhhhhhh!-me desperté
en mi cuarto empapado en sudor-pero que...¿ha sido un sueño?
No, no
lo fue aún llevaba las ropas templarias como las que tenía en mi
''sueño''.
-¿Ya te
despertaste?-miré hacia la puerta de mi cuarto, era mi madre que me
miraba aún con ojos soñolientos.
-¿Mama?-corriendo la abrasé muy fuertemente-hace mucho tiempo que
no te veía.
-Me
estás apretujando, por cierto ¿qué dices de que hace mucho que no
me ves? Si te vi ayer por la noche.
-¿Enserio.
-Si, por
cierto esas ropas ¿son las templarias que tienes en casa?
-Si.
-¿Y
cómo han llegado hasta aquí?
-Pues no
lo se, me desperté con ellas puestas.
-Da igual,
venga cambiate rápido que Mitsuki me ha dicho que si vais con la
bici ahora.
-Vale,
ahora me visto.
Cuando mi
madre se fue cerré la puerta de un tirón y me quité las ropas que
para mi juicio llevaba meses sin quitármelas y me entristecí mucho
al quitármelas, pero al quitármelas vi un corte en la parte
perteneciente a la pierna como pude la cosí, pero antes de poder
guardarlas desaparecieron, cuando iba a hacer la cama encontré en
ella mi espada y mi escudo, en el suelo estaba mis botas y en mi
escritorio estaba el casco que me dio Temerario, que igualmente
desaparecieron, me preocupé mucho al pensar en él y sobre todo en
Kitsune, despejé de mi mente todos esos pensamientos negativos y me
vestí con un chándal y me puse mis deportes, salí al salón y
allí estaba mi padre corriendo le abracé muy fuerte, mi padre aún
sorprendido me dijo:
-¿Qué
te pasa?
-Nada.
-Bueno
corre que si no no vas en bicicleta.
-Vale.
Cogí mi
bici y me dirigí la casa de mi amigo, cuando llegué le vi
esperándome.
-¿Nos
vamos?
-Vale,
¿vamos a ver al caballo de Brenes?
-Tú y
tu pasión por los caballos. Está bien vamos.
Dicho esto
nos pusimos en marcha hacia Casa Vaca , de mientras le fui contando a
mi amigo todo lo que viví y el confuso dio:
-A mí
me pasó algo igual, pero solamente son sueños.
-¿Lo dices
en serio? Cuando Kitsune lloró en mi cara sentí el contacto húmedo
de sus lágrimas.
-Eso es
normal, pero lo que no entiendo es lo de las ropas me tiene en vilo
si de verdad desaparecieron eso quiere decir que todo lo que
''soñaste'' pasó en la realidad.
-Eso,
tú encubre lo obvio.
Cuando le
presté atención al paisaje me di cuenta de que ya habíamos entrado
en Casa Vaca.
-Parece
que ya llegamos.
-Si,
eso parece- de repente una luz muy brillante lo ilumina todo y por un
momento me quedo ciego-¡Dios! ¿qué ha sido eso?
-¡Mira! Algo está cayendo del cielo.
-Vamos
a ver que ha pasado, está por el mismo camino por el que estamos.
Cuando
dije esto empecé a pedalear lo más rápido que podía, al llegar
donde había caído el objeto, vi un enorme cráter en cuyo centro
había un bulto que sobresalía del paisaje e imaginándome que era
Temerario dejé la bicicleta a un lado y me dirigí corriendo hacia
el bulto, lentamente me fui parando hasta quedarme al lado del bulto,
no era Temerario era otra clase de ser, era un dinosaurio con pelo de
color purpura pero aunque no fuera mi amigo del otro mundo igualmente
le ayudé, en su pierna tenía un corte que le llegaba hasta el
hueso, corriendo cogí un par de vendas y una aguja con hilo que
tenía en la mochila y lentamente le fui cosiendo la herida, cuando
estaba terminando miré hacia su cabeza cuneiforme y vi que me miraba
con ojos asustados.
-No te
preocupes, solamente quiero coserte esta herida para que no sangre y
luego te las
voy a vendar para que se
te cure mejor.
Como si
me hubiera entendido se volvió a recostar y solo así pude terminar
de coserle la herida.
-Mitsuki coge de mi mochila un esparadrapo y dámelo.
Al cabo
de unos segundos apareció mi amigo con el esparadrapo.
-Sujétale la cabeza, esto le va a doler.
-¿Qué
me vas a hacer?-era el ser herido.
-¡Dios!
Está hablando, no puede ser.
-Solamente quiero ponerte esto en la herida para que se te cure más
rápido.
-De
acuerdo, pero ten cuidado.
1 comentarios:
Maestro aquí le dejo la parte de la primera página que no me dio tiempo de hacer y la segunda página del segundo capítulo.
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