domingo, 20 de noviembre de 2011

Cumples para reír.

Pepa estaba en una tienda decidiendo el perfecto regalo para Pollo cuando se encontró con su amigo Pepinillo en Vinagre. Los dos quedaron en darle al día siguiente una sorpresa en su casa y llevarle los regalos.

Al día siguiente cuando Pollo Asado abrió la puerta se quedó boquiabierto y les agradeció mucho a sus amigos el haberse acordado de su cumple. Pollo los invitó a pasar y a comer sándwiches y unos trozos de tarta. Se lo pasaron muy bien.

Al día siguiente, se despertaron tarde porque la fiesta se había alargado un poco más de la cuenta. Se fueron rapidísimo al colegio y la señorita les riñó. Al terminar la clase, Pepa, Pepinillo y Pollo le explicaron porqué habían llegado tarde. Al final, la señorita los perdonó y les dejó marchar.

-¿Creéis que mis padres me dirán algo por el castigo?- preguntó Pepinillo un poco asustado,- No creo, además hoy es tu cumple…- Le contestó Pollo.

Cuando Pepinillo se despidió de sus amigos y entró en su casa, se dio cuenta que toda su familia estaba allí con un gran cartel que decía: ¡Felicidades Pepinillo!- ¿Has tardado, eh?- dijo la madre de Pepinillo,- Bueno, no pasa nada, ve abriendo los regalos.

Unos días más tarde, fue el cumple de Pepa. En vez de en su casa, el cumple de nuestra amiga albóndiga, fue en: ¡Disneyland!

El primer día se lo pasaron fenomenal, montaron en casi todos los cacharritos aunque tuvieran unas larguísimas colas, comieron todo tipo de dulces, bebidas y demás... Lo mejor fue que los padres de Pepa le tenían guardada una sorpresa a todos. ¡Le habían reservado una noche en el Hotel Mickey! Bueno, en verdad había una habitación en cada hotel del parque reservada, pero los amigos se dividieron en grupos y cada uno de ellos se alojó en un hotel diferente.

-¡Mañana va a ser la bomba!- exclamó Pepa ya en la habitación del Hotel Cheyenne, que fue el que eligió junto con sus amigos -Bueno chicos, disculpadme. Tengo que ir a decirles a los demás dónde nos encontraremos mañana, ahora vengo.-Pero cuando Pepa volvió a su habitación, se encontró a sus amigos dormidos por el suelo -Claro, están tan agotados que, uah, bueno, yo también lo estoy, me echaré por aquí y,... - la albóndiga también se durmió.

A la mañana siguiente Pepinillo se despertó y empezó a reírse por lo que había pasado anoche, se rió tanto que despertó a sus compañeros de habitación- Lo siento por despertaros, pero es que, ¡anda que quedarnos dormidos! Jaja. ¡Ah! Discúlpanos por ello, Pepa.

-No pasa nada. Bueno, empezaros a vestir que nos queda un largo día por delante, por cierto, ¿qué hora es, Pollo?

-Pues son las 11, y...

-¡¿Cómo, que son las 11 ya?!

-Sí, ¿qué pasa?

-¡Que yo les había dicho a los demás que estuvieran a las 10 justo en la entrada al parque!- los problemas empezaron...

Los tres amigos se vistieron, comieron, y salieron del hotel como una bala. No sabían por dónde empezar a buscar a sus amigos y se dividieron. Al cabo de varias horas, ya casi se habían recorrido el parque entero cuando se encontraron - ¡Hey, Pepinillo, aquí ¡

-¿Pollo, dónde estás? Ah, ahí, ¿qué, has tenido suerte?

-No, ¿y tú?

-No, espero que Pepa esté con ellos. Me ha enviado un mensaje con su móvil y en él me dice que está a las puertas de nuestro hotel.

-¡Pues a qué estamos esperando! ¡Vamos para allá corriendo! - Cuando llegaron, Pepa les dijo que no había noticias y se desanimaron. Pero la brillante idea de Pepinillo los reanimó:

-¿Porqué no los llamas a sus móviles? Seguro que los tienen encima. Pero mientras lo haces podemos montarnos en alguna atracción, casi se acaba el día y no hemos hecho más que buscar y buscar sin resultado.

-¡Qué buena idea, Pepinillo! Bueno, elijo yo el primero- Pollo estaba entusiasmado con la idea y decidió que se montarían en la atracción de los piratas -... Es un recorrido en barca para hasta seis personas por un lago misterioso, como una película de acción y...bueno chicos ¿qué os parece, nos montamos?

-De acuerdo, mientras estemos en el recorrido los llamaré.- Afirmó Pepa.

Y así se montaron y la albóndiga empezó a llamarlos. Ya estaban por la parte de unas impresionantes cascadas cuando le hicieron una foto, pero tuvieron la mala suerte que uno de los pasajeros se tropezó y empujó a Pepinillo, que se cayó encima de Pollo, que a su vez tiró a Pepa al agua. Pepinillo intentó salvarla pero también se cayó y Pollo todavía estaba en el suelo de la barca.

-¡No, mi móvil! ¡Se me ha caído al fondo y no llego!- exclamó Pepa.- ¡No te preocupes, voy a pedir ayuda!- dijo Pollo que había nadado hasta la orilla. Se fue a pedir ayuda y cuando volvió con algunos hombres de aquella atracción y los sacaron del agua.

-Lo siento chica. Hemos cogido tu móvil pero ya no funciona- le dijo uno de los hombres a Pepa.- Bueno, el parque está a punto de cerrar y ya deberíais de estar en vuestras habitaciones.

Los tres amigos se fueron mientras lamentaban no haber encontrado a sus amigos y no habérselo pasado tan bien como esperaban

Pero cuando estaban pasando por el Hotel Mickey decidieron ir a la habitación de sus amigos para saber qué había pasado.

-Mixta,... ¡Mixta!- gritó Pepinillo- ¿Eh? ¡Ah! Buenos días chicos, qué ¿ya son las diez? Es que nos acostamos tarde y..., bueno ya sabéis.

-¡Uaahh!,... ¿Eh? ¿Qué hacéis aquí, chicos?- todos se empezaron a despertar y los tres amigos le contaron lo que había pasado

-¿Entonces habéis estado todo el día durmiendo y no os habéis dado cuenta?- dijo Pollo impresionado

Pues eso es lo que pasó. Los amigos fueron de hotel en hotel diciéndole a los demás qué es lo que había pasado hasta que al final se volvieron cada uno a sus casas diciendo que iba a ser un día que nunca olvidarían .

2006 ELG.

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