El clérigo y la flor, tema 4.

2) Contesta las siguientes cuestiones:

• ¿Cuál era la única virtud del loco y vicioso clérigo?

Su virtud era que era un gran seguidor de la Virgen.

• ¿De qué forma muere? ¿Dónde lo entierran?

Unos bandidos le asaltan a las afueras del pueblo y lo matan.
Lo enterraron unos amigos a las afueras entre unos diezmeros.

• ¿Qué personaje interviene a continuación? Señala a quién se dirige y qué le ordena.

Interviene la Virgen que se le aparece a un clérigo y le ordena a buscar el cadáver del otro clérigo para enterrarlo en el cementerio.

3) Deduce algunos datos de la narración.

• ¿Cuántos milagros se narran? Explica en qué consisten.

Aparecen dos milagros.

El primero consiste en que por la boca del clérigo sale una flor muy hermosa que perfuma el cuerpo impidiendo que el hedor del muerto se oliera, y el segundo consiste en que la lengua del clérigo estaba tan fresca como si estuviera vivo.

• Elige las palabras que sirvan para caracterizar el comportamiento de la Virgen en su intervención.

Maternal, autoritaria, severa y vengativa.

4) ¿Con qué finalidad se compuso este milagro?
c) Para fomentar la devoción a la Virgen.

5) Completa la siguiente tabla con la estructura del milagro.
Presentación del personaje-> versos del 1 al 8.
Dificultades del devoto-> versos del 9 al 16
Intervención de la Virgen y milagro-> versos del 17 al 44
Reflexión del narrador-> versos del 45 al 48

6) Indica a qué personaje cede la palabra el narrador y en qué versos lo hace.
El narrador cede la palabra a la Virgen, verso 20

7) Realiza el análisis métrico del milagro.
14 A, 14 A, 14 A, 14 A…
Son versos alejandrinos de rima consonante -ido, a esto se le llama cuaderna vía.
8) Escribe los nombres que se dan a la Virgen en el texto. ¿Con qué fin se emplean esas expresiones?

Se le nombra Gloriosa, dueña y Virgen María.
Se emplean para darle poder e importancia a la Virgen.

9) En el momento del milagro se emplea una comparación o símil. Lee la información del recuadro y di entre qué términos se establece.
Se emplea un símil en los versos 37 y 38, para comparar la fresca lengua del clérigo con una manzana.