18 de Junio de 2012
Querido diario:
Solo me quedan cinco días para despedirme y para hacer todo lo que dentro de una semana no podré hacer allí en Alemania.
Esta mañana estaba muy triste, cuando llegué al instituto saludé a todos mis amigos/as, como siempre, aunque esta vez lo único que quería era disfrutar y estar el máximo tiempo con ellos.
A media mañana vi a mi madre en el instituto y me asusté un poco, pero me dijo que solo iba a hablar con el director para lo de el traslado de expediente del colegio.
Era un día, por así decirlo, gris y por mucho que me animaba no conseguía quitarme de la cabeza la mudanza.
Raquel, mi mejor amiga, sabía que me pasaba algo y antes de irnos cada una para nuestra casa, le conté todo lo del cambio de ciudad. Se sentía muy impotente al no poder hacer nada para evitarlo y nos prometimos seguir hablando aún estando a miles de kilómetros.
Durante toda la tarde estuve haciendo deberes y estudiando, y cuando llegaros mis padres intenté hablar con ellos y convencerles de pensar en otra idea, aunque fue imposible me dijeron que pensara en positivo y que disfrutara todo lo que pudiese, porque esta oportunidad de hacer otra vida no la tiene todo el mundo.
Estuve el resto de la tarde y la noche pensando que a lo mejor tenían mis padres razón y que tengo que aprovechar esta oportunidad.
Mañana le contaré todo a mis amigos, y tal vez a mi clase, espero tener fuerzas y que todos me apoyen.
La verdad es que me gusta la vida que tengo aunque a lo mejor si me haría ilusión cambiar y viajar.
Noelia
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