martes, 20 de marzo de 2012

Diario de Noelia

10 de Septiembre de 2012
Querido diario:
Cada vez queda menos para volver al instituto, pero esta vez es distinta a las demás.

Todos los años me he puesto un poco nerviosa en el primer día, pero por cosas normales: algunos compañeros nuevos, profesores que no me habían dado clase todavía, gente nueva que venía de fuera, etc.
Pero ahora es todo diferente, tengo que ir un día antes para hablar o intentar hablar con la directora, sobre las clases y ,sobre todo, por el gran problema: el idioma.
Yo había aprendido algo de alemán gracias a Gerard , pero para comunicarme necesitaba hablar, al menos, en inglés.
Sé que en todas las clases hablan alemán, y no sé cómo voy a hacer para entender las cosas. Por ahora estoy aprendiendo poco a poco, que es lo que haré cuando empiece el curso.
Como te conté el otro día, le estábamos preparando una fiesta de cumpleaños sorpresa a Gerard.
Fue el día 12, y le preparamos una buena fiesta. Primero todos los que queríamos comprarle algo en grupo, pagamos diez euros, y cuando todo el mundo pagó, David, un niño del grupo, guardó el dinero y fue a comprar el regalo. Al final le regalamos una mochila de marca y un juego de la Play que él quería.
Cuando ya teníamos todos los preparativos y los globos, fuimos a casa de Giselle y la decoramos entera de globos y carteles. Pusimos varias mesas alrededor del salón y ahí pusimos las comidas y bebidas que habíamos hecho o comprado. Derek estaba encargado de la música, así que se trajo unos altavoces enormes y puso la música a todo volumen.
Cuando todo estaba preparado, yo era la encargada de sacar a Gerard de su casa, convencerle de que se arreglase y se viniese conmigo a casa de Giselle.
Cuando llegué me abrió su madre, y como ella también lo sabía, me ayudó y al fin lo convencí para que saliese. Le dije que iríamos a mi casa para que me aclarara unas dudas y aunque me costó darle explicaciones lo llevé hasta la casa de Giselle.
Cuando llegamos le dimos una sorpresa y de repente empezó a entrar gente y más gente.
Al cabo de dos horas la casa estaba llena , con la música a todo volumen y, lo más importante, Gerard se lo estaba pasando muy bien.
Al final la fiesta acabó más tarde de lo que pensábamos, pero como mi madre sabía que estaba en la casa de enfrente, no le importaba que llegase más tarde.
Le gustó mucho el regalo de todos y le dije que ya le daría el mío cuando estuviéramos solos, la verdad es que me daba vergüenza con tanta gente.
Al día siguiente, estaba cansadísima pero aún así, fui a su casa a ayudar a limpiar. La casa estaba muy sucia y la limpiamos entera. Berta me lo agradeció y al día siguiente invitó a cenar a mis padres y mi hermano y a mí. Mi madre encantada aceptó, pero dijo de hacerla en mi casa.
Al día siguiente a las nueve de la noche, estábamos los cuatro vestidos muy elegante, con la comida lista y el salón más recogido y limpio que nunca. Le queríamos dar buena impresión.
Cuando llegaron, estuvieron hablando un ratito, y se sentaron. Mi madre y yo íbamos trayendo la comida a la mesa y cuando terminamos nos felicitaron. La verdad es que hacía mucho tiempo que mi madre no cocinaba con tanto entusiasmo.
Al terminar el postre estuvimos varias horas hablando y riéndonos, como si nos conociésemos de toda la vida. Gracias a que hablaban inglés y un poco de español, les podíamos entender, aunque a mi hermano le cuesta todavía mucho.
Cuando mi madre estaba con Berta en la cocina, mi padre hablando con Edwin, el marido de Berta y Miguel estaba jugando con el hermano de Gerard, le dije a Gerard de darle su regalo para agradecerle lo de las clases. Fuimos a mi habitación, se lo dí y aunque era una tontería le gustó mucho.
Estuvimos hablando un rato y aunque me daba vergüenza que estuviéramos solos, era como dos mejores amigos hablando normal.
Aún estando muy cansada de la noche anterior estuvimos charlando, riendo y jugando todos juntos hasta la una de la madrugada.
Fue una noche muy divertida y espero que la repitamos algún día.

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