martes, 20 de marzo de 2012

Diario de Noelia

21 de Junio de 2012
Querido diario:
Durante toda la mañana todo ha ido normal, solo que el ambiente era un poco raro con mis amigos, pero supongo que sería que solo me faltaba un día para irme a mi nueva ciudad.

A la salida quedé con tres amigas para hacer un trabajo en mi casa, no estarían mis padres porque estaban de papeleo y mi hermano estaría en casa de un amigo, así que estaríamos tranquilas y sin nadie que nos moleste.
Cuando llegué a la puerta escuché unos ruidos, me asusté y abrí la puerta poco a poco, no fuera a ser que hubiese un ladrón o alguien. Escuché a otra persona mandando a callar y aunque tenía mucho miedo, encendí las luces y … ¡¡SORPRESA!! De repente salieron de detrás del sofá y de las cortinas, toda mi familia, amigos, vecinos, etc.
Estaba todo decorado, como cuando era un cumpleaños de alguien y le preparábamos una sorpresa. Había un cartel colgado que decía: “OS ECHAREMOS MUCHO DE MENOS”, había una mesa a lo largo llena de aperitivos, dulces y una tarta en medio.
No me lo podía creer, todos estaban allí, para despedirse de nosotros. No me podía contener las lagrimas de emoción, pero sí pude ver a mi mejor amiga de cuando éramos pequeñas, se había mudado a Barcelona y no la había visto desde entonces.
Mis padres y mi hermano también estaban allí y todos mis amigos del insituto.
Estuve hablando con cada persona un buen rato, con mis abuelos, tíos, primos, amigos del colegio, del instituto, vecinos, etc. Había tanta gente y tantas cosas que decir que cuando terminamos de comer eran las ocho de la tarde.
Cuando terminamos, mi abuela se había preparado unas palabras y nos dijo de parte de todos, que a pesar de que nos fuéramos, nos echarían mucho de menos y estaríamos en contacto, y que por lo menos en vacaciones volviéramos a España a verlos.
Al final casi todo el mundo dijo unas palabras y aunque con mucha pena, todos estaban contentos de que rehiciéramos nuestra vida.
Casi al final de la fiesta, mis amigos y vecinos se fueron, ya que al día siguiente había colegio aunque fuese el último día.
Solo quedaba mi familia, y mis abuelos me regalaron un álbum de fotos, para ir haciendo fotos allí, en Alemania, y cuando volviese les enseñase todo lo que había hecho. Me gustó mucho el detalle del álbum y cumpliré mi promesa que les he hecho, la de ser feliz allí.
Por la noche terminó la fiesta y todos ayudaron a limpiar todo lo que había quedado.
Durante todo el día me pude fijar en la felicidad y a la vez tristeza de todos, tanto de los invitados como de mis padres. En ese momento en el que estábamos todos reunidos tenían una cara de felicidad que ni yo podría explicar, mi hermano no paraba de jugar con sus primos y yo no olvidaría este día nunca en la vida.
Sinceramente, creo que ha sido el mejor día que alguien podría tener.
Noelia

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